FELICIDAD EN EL MATRIMONIO

Por Jorge Nájera

El matrimonio es un Sacramento, es decir es un compromiso que hacemos con la pareja, y tal compromiso es ante Dios y está bendecido por Dios mismo. Por eso cuando nos unimos en matrimonio debemos de poner a Cristo como centro del hogar, es decir dejarnos conducir según su evangelio, ( amor, respeto, perdón etc.). En todos los matrimonios existen problemas, de tipo económico, emocionales, de caractéres, o porque existen diferencias etc; Es por ello que el matrimonio día tras día es un constante ceder y negociar para llegar a acuerdos que estabilicen esas diferencias entre el hombre y la mujer.
Durante la vida conyugal se va madurando, y para esta madurez sólida influyen muchos factores como: una buena comunicación entre ambas partes, respeto mutuo, entender y comprender que la pareja es un ser individual y que tiene sus propias formas de pensar y de ser, y al mismo tiempo que somos seres individuales, al unirnos en matrimonio somos una sola carne, una sola cosa por lo tanto es importante aceptar a la otra persona tal como es con sus defectos y virtudes, ( teniendo en cuenta que tal aceptación no sea de resignación o que este por encima de nuestra dignidad humana, por el contrario debe ser una aceptación por el amor), confianza plena para con mi pareja en todos los sentidos, amar y respetar mi matrimonio, darnos libertades que no violen los límites establecidos en lo moral, espiritual, y social así como los acordados por los dos.
Generalmente cuando hay conflictos en las parejas, como por ejemplo en una discusión fuerte es muy probable que no se midan las palabras, y esto puede dar como resultado heridas que fracturan la relación conyugal, recordemos que la violencia genera más violencia, es por ello que antes de discutir algo con tu pareja te aconsejo serenarte tú y percibir si tu compañero(a), también lo esta, ya que si no hay tranquilidad en las dos partes difícilmente se podrá llegar a un acuerdo.
Repito, todos los matrimonios tenemos problemas, precisamente por el proceso de adaptación ( para los recién casados), y también en los matrimonios que ya llevan tiempo recorrido ya que se tiene que tener cuidado en no caer en la rutina, aburrimiento, o en el desamor; Cuando los problemas matrimoniales rebasan un límite y se convierten en problemas muy fuertes que atentan contra la dignidad de la mujer o del hombre, OJO! tales como violencia física ( golpes), alcoholismo, drogadicción, infidelidad, celos desenfrenados, homosexualidad, delincuencia, entre otros te aconsejo que busques ayuda profesional ya que tales problemas si no se atienden desde un principio, estos tienen un efecto de bola de nieve, que aumenta cada vez más hasta no tener control de ellos.
Dios quiere que nosotros vivamos felices en todas las áreas de nuestra vida personal y social, a Él no le agrada el que la persona viva oprimida, amargada, sometida, esclavizada, o pisoteada, hay personas que prefieren llevar esta vida cuidando el que dirán si me divorcio, o por no quedarse solas, ciertamente un divorcio es un acontecimiento que afecta mucho nuestra vida emocional, y también a nuestros hijos pero a veces la misma iglesia católica absuelve un matrimonio, por medio del tribunal eclesiástico cuando realmente los motivos superan los límites de una relación llevadera o normal, es por ello que debemos de escoger muy bien a nuestra pareja de toda la vida, conocerla muy bien y usar la razón y no dejar todo al sentimiento o la pasión.